Aunque en la actualidad vivo junto a mi esposo y mis tres hijos en la ciudad de San Diego Ca, soy mexicana nacida el 7 de Febrero de 1959 en la ciudad de Mexicali, B.C. y nacionalizada como ciudadana de los Estados Unidos de Norteamérica a partir del 21 de Febrero del 2006. A lo largo del tiempo, he descubierto que una de las virtudes que tengo es poder enseñar temas referentes al mundo de la Mujer Contemporánea cimentados en su crecimiento espiritual y la sanidad de sus emociones. Desde el año 1999 que inicié mi carrera dentro de éste género, he sido invitada para exponer en diferentes plataformas tales como seminarios, radio, televisión, congresos e iglesias entre otros. Creo que mi habilidad como maestra y expositora de la Palabra de Dios, me ha abierto puertas ante un público que abarca desde niños pequeños, hasta bisabuelos.
También he visto con satisfacción, que las enseñanzas que imparto, son una fuente de inspiración para descubrir y desarrollar el potencial con el que Dios ha creado al ser humano, a fin de salir triunfantes sobre las circunstancias adversas de la vida y poder lograr los objetivos tan anhelados.
En Junio de 1980, en México, me gradué como Maestra, adquiriendo así mi Licenciatura en Educación Pre-Escolar. Y varios Diplomados, Seminarios y Talleres, fueron incrementando a través de los años, no sólo mi experiencia y conocimiento sobre docencia sino también mi pasión por la educación, en especial la que está fundada en los principios bíblicos. En Junio de 1999, me gradué como Licenciada en Estudios
Interdisciplinarios en los Estados Unidos.
En Enero del 2013, fundé junto con otras Amigas, el Ministerio “Centro de Oración y Crecimiento Integral para la Mujer”, Conocido por sus siglas como COCIM, y del que actualmente participo como Directora. C O C I M El Centro de Oración y Crecimiento Integral para la Mujer (COCIM) es un lugar donde las mujeres de todas las edades nos reunimos para orar juntas, edificarnos, disfrutar unas de las otras, convivir y conocer nuevas amigas. En COCIM creemos en el Dios de los imposibles, en el poder de la gracia de Jesucristo y en desarrollar una intimidad con el Espíritu Santo. Y es a través de talleres, estudios bíblicos, seminarios y retiros entre otros, que nos equipamos en Su Palabra, para desarrollar en Él nuestro potencial. El gran desafío es inspirar a las generaciones a vivir en plenitud sobre las promesas de Dios. En COCIM creemos y enfatizamos la importancia de poner en acción nuestra fe a través de la oración, y el conocimiento de las Escrituras para ser en Cristo, más que vencedoras sobre las circunstancias.
Mis padres Jorge y María Elena de Valenzuela fueron apasionados creyentes cristianos que apoyaron la obra de fundar Iglesias junto con otros hombres y mujeres de Dios, por lo que todos los miembros de nuestra familia fuimos expuestos a una vida cuyo eje fue la Palabra de Dios. A los 14 años acepté por primera vez a Cristo y le entregué mi corazón. Lamentablemente me faltó dirección y terminé apartándome de Él. A los 26 le volví a pedir a Jesús que venga a vivir a mi corazón. Sin embargo, un año más tarde y con un hermoso hijo de 3 años, me enfrenté a un muy doloroso divorcio de quien fue mi marido por 6 años. La confusión y el abuso me dejaron con una autoestima destruida que lejos de acercarme a Dios, dirigí mis pasos fuera de sus enseñanzas. Sin embargo, el resentimiento, la amargura, y la falta de sabiduría me llevaron a una vida de mayor sufrimiento. Catorce años más tarde, en 1999, con el corazón hecho pedazos, vuelvo a los brazos del Padre para no separarme de ellos nunca más. Jesús restauró mi vida por completo y la de mi hijo también. Desde entonces me he dedicado a llevar la Palabra de Dios y de Esperanza a toda persona (en especial Mujeres) con el alma sedienta de conocer el poder de Dios para que sus vidas, al igual que la mía, sean restauradas por Él.
En el año 2001, me re-encontré con un amigo de mi infancia quien había entregado su corazón a Cristo unos años antes. Roberto Calderón y yo, enamorados, decidimos unir nuestras vidas y familias con la bendición de Dios. Y desde entonces, junto a nuestros hijos, Carlos Emmanuel, de entonces 17 años, fruto de mi primer matrimonio, y Jonathan y Joey de 9 y 7 años respectivamente, nacidos dentro del primer matrimonio de Roberto, hemos integrado una familia unida por los desafíos y aventuras propias en la formación de un hogar mixto. Me alegra poder decir que mis sueños de encontrar al “Amor de mi Vida” y formar un hermoso hogar, han sido hechos realidad y eso me hace muy feliz. ¡Gracias Dios por tu Fidelidad!
Ser maestra es mi profesión, pero enseñar es mi pasión. Todas mis enseñanzas tienen como fundamento la Palabra de Dios y brindan argumentos sólidos para sustentar la fe y la sana doctrina. Cuando trabajo con MUJERES, me gusta centrarme en el desarrollo de su autoestima y su valoración personal, así como en su bienestar espiritual, emocional y físico. Al trabajar con PADRES Y MAESTROS DE ESCUELA DOMINICAL, o impartir ESTUDIOS o DISCIPULADOS BÍBLICOS, trato de Inspirarlos, Fortalecerlos, Equiparlos y Brindarles Técnicas de enseñanza-aprendizaje que les sean útiles y les ayuden a ser efectivos en entender y poder atender tanto a sus hijos como a los alumnos en su ministerio. Y, cuando estoy frente a grupos de NIÑOS, utilizo dinámicas apropiadas para ellos de acuerdo a sus edades, en las que incluyo narraciones de cuentos e historias bíblicas, juegos y cantos, los cuales muchas veces acompaño con mi guitarra.
He sido muy bendecida porque desde muy pequeña comencé a participar como evangelista, luego me preparé como maestra y posteriormente como conferencista. Estas experiencias enriquecieron mi visión y me abrieron las puertas para predicar en diferentes iglesias, llevándome incluso, a plataformas como radio y televisión.